Crónica del caos:
Delirios, divagaciones y emociones amplificadas de una que se va por ahí en breve… YO.
Estoy nerviosa. ¡Mucho! Pero en positivo. Nervios como sinónimo de emoción, ¡de emoción a lo graaaande! De cambios inminentes, inminentes de los de YA mismo. De giros de timón. De acontecimientos deseados que llegan sin demora. De sueño que se huele. De mil cosas que preparar, hacer, arreglar, gestionar, y mil personas que ver, despedir, decir y abrazar. Porque esto ya ha cogido carrerilla, ¡y no hay quién lo pare!
Me muevo, me remuevo, doy vueltas y no consigo hacer nada útil ¡y eso que lo tengo todo por hacer! Me pierdo en detalles, en tonterías, en nervios, y en “moscas” varias que disipan mi atención.
Y entre tanto que hacer, gestionar, preparar, organizar, como siempre, dejo de lado lo importante, lo básico, lo inminente y cuando hago, hago lo que no toca. Lo que puede esperar. Lo que no urge. Lo que no es necesario.
Soy caótica devota. Caótica confesa. Caótica porque quiero (y puedo). Caótica porque el caos me divierte, me enseña, me nutre y me conecta con mi niña interior.
La niña que se va de viaje.
La niña que se va sin billete de vuelta.
La niña que cree y crea.
La niña que juega a hacer de su vida su obra de arte.
Soy caótica porque el caos mola, es divertido, hace reír. A mí. Y a los demás que no se pueden creer que construya las casas desde los tejados. Sin cimientos. Porque los cimientos son aburridos.
Monótonos.
Monocordes.
Monocromáticos.
Son grises.
Insípidos.
Sosos.
Aburridos.
Bostezantes ¿existe esa palabra?
La cuestión es que hoy sé que no sé nada. Y mañana sabré más. O pasado. O al otro. Una que es adicta a eso de “ya para ya”. A asustar. Sorprender. Y a compararse con las ráfagas de aire fresco. Inesperadas. Súbitas. Repentinas. Esas que te vuelan la sombrilla en los agostos apacibles sin sobresaltos. Esa soy yo. Todo puede pasar. Y todo suele pasar sin previo aviso. Llega y punto.
Si. Lo sé. Lo noto. Hoy escribo como las tardes de pipas en el parque. Una tras otra. Con pasión. Sin parón.
Mucho que contar y poco que decir.
Porque hoy solo sé no sé nada.
Pero sé que llega, que llega, que llega… que llega YA.
Mañana os cuento más.
O al otro.
¡O al siguiente…!
Yo aquí me quedo divagando. Desvariando. Elucubrando. Fantaseando… ¡y con todo por hacer!
¿Te ha gustado este post? Si la respuesta es sí, ¡compártelo!
¡GRACIAS por adelantando por ayudarme en mi proyecto de vida!
Si te ha gustado este post ¡aquí tienes más!:
Cataratas Victoria: Mis cien vidas de extrema felicidad
Ha llegado la hora, ¡me voy de Namibia! Y mi siguiente destino es: MI GRAN SUEÑO, ¡no me lo puedo creer! En mi interior doy palmaditas, salto, grito, ¡me muero de emoción! Y también de nervios. Porque…
leer másUn Año en Ruta a Cachitos
El Facebook acaba de chivarme que hace un año, un día como hoy, fue la fecha elegida para iniciar mi Sueño Viajero, que durante todo este tiempo y poquito a poco iría adquiriendo nueva forma, y convirtiéndose en…
leer másNamibia: Sola, sin planes, en transporte público y low-cost ¿Es posible?
Para empezar diré que Namibia es el país menos poblado de África ¡y uno de los menos poblados del mundo! Con todo lo que ello implica: Grandes extensiones de terreno desértico (¡enormes!) sin…
leer más